EFE/Juan Carlos Cárdenas
Así lo ha explicado la coordinadora de la Unidad de Neurociencias de Quirónsalud Torrevieja y Alicante, Erika Torres, para quien “un trabajo coordinado de neurólogos, neuropsicólogos, radiólogos, analistas de laboratorio, enfermería neurológica, rehabilitadores, fisioterapeutas, logopedas y terapeutas ocupacionales es esencial” en el tratamiento del alzhéimer.
El alzhéimer, cuyo Día Mundial se conmemora el 21 de septiembre, es una enfermedad neurodegenerativa que produce un deterioro cognitivo caracterizado por la pérdida de memoria a corto plazo que, por el momento, no dispone de un tratamiento curativo, lo que supone uno de los grandes desafíos para la medicina moderna.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), de los 55 millones de personas que padecen demencia en el mundo, entre el 60 y el 70 % tienen alzhéimer.
En España, esta enfermedad afecta a entre 2 y 4 personas por cada 1.000 habitantes al año, pero la doctora Torres ha advertido, en declaraciones a EFE, que la incidencia “va aumentando de forma exponencial conforme aumentan los rangos de edad”, de forma que en edades comprendidas entre los 60 y los 64 años, la prevalencia es de entre 1 y 8 casos por cada 1.000 habitantes, y de 60 a 100 casos a partir de los 90 años.
En total, en España hay alrededor de 800.000 personas con esta enfermedad, tal y como apunta la Sociedad Española de Neurología (SEN), pero esta cifra podría triplicarse en 2050 hasta alcanzar los 3,6 millones, según alerta la Confederación Española de Alzheimer y otras Demencias (Ceafa).
Importancia de la detección precoz del alzhéimer para agilizar el tratamiento
En este contexto, y en aras de implementar un enfoque interdisciplinar, la detección precoz es fundamental para actuar desde el momento del diagnóstico, “ya que está demostrado que tiene mayor eficacia trabajar sobre un cerebro menos deteriorado que en etapas más tardías”, ha detallado Erika Torres.
También es esencial la rehabilitación neuropsicológica y el trabajo con el terapeuta ocupacional para el paciente, no solo para aumentar su capacidad funcional, sino también para lograr una mejor adaptación a su entorno y, en definitiva, una mejora de su calidad de vida.
A esto se añade la importancia de la psicoeducación de familiares y educadores de los pacientes, con el objetivo de “generar dinámicas adecuadas que redundan en el paciente”, ha señalado la doctora Torres, razón por la cual, ha destacado que en Quirónsalud Torrevieja y Alicante cuentan con un programa de deterioro cognitivo para orientar y dar soporte a pacientes y familias.
Otro factor importante a la hora de abordar el alzhéimer es su prevención, ya que si bien se trata de una enfermedad en la que el factor genético, la edad y el sexo -ligeramente mayor incidencia en mujeres que en hombres- tienen un peso especial, “se ha puesto de manifiesto en estudios de los últimos años que existen factores modificables sobre los que se puede actuar para trabajar la prevención primaria”.
“El control de los factores de riesgo cardiovascular, como son la hipertensión arterial, la diabetes, la hipercolesterolemia y la obesidad” son algunos de ellos, para lo que la neuróloga Erika Torres ha recordado la importancia de adoptar un estilo de vida que incluya actividad física de forma rutinaria, cultivar nuestra actividad intelectual y, en definitiva, llevar a cabo “actividades que nos hagan tener activo el cerebro”.
Quirónsalud ha colaborado con EFE en la difusión de este contenido.