El Estado Islámico asumió la autoría del atentado en un comunicado difundido en las redes sociales, en el que afirmó que los «soldados del Estado Islámico detonaron un camión bomba en medio de un grupo de milicianos chiítas».
Sin embargo, la mayoría de las víctimas de la explosión son campesinos que fueron al mercado a vender frutas y verduras, según informó la Policía iraquí.
La cifra de fallecidos puede aumentar debido al estado de gravedad en que se encuentran parte de los heridos.
El estallido del camión, cargado con una gran cantidad de explosivos, destruyó varias tiendas del mercado e incendió vehículos estacionados en la zona.
El barrio de Yamila está ubicado en el populoso distrito de Medinat Al Sadr (Ciudad Sadr), con más de dos millones de habitantes y de mayoría chiíta.
Irak afronta desde junio de 2014 una cruenta guerra contra el EI, que conquistó amplias zonas de su territorio y proclamó un califato en este país y en la vecina Siria.
Irán, por su parte, condenó en un comunicado del ministerio de Relaciones Exteriores «el crecimiento de este tipo de tragedias y crímenes cometidos por los terroristas en Irak», y subrayó la necesidad de una «campaña internacional inmediata y efectiva» contra «el terrorismo», según la agencia de noticias IRNA.
El canciller iraní, Mohamad Yavad Zarif, a su vez, intensificó sus denuncias contra Arabia Saudita como instigador de las formaciones yihadistas, especialmente después de que Teherán alcanzó un acuerdo nuclear con el Grupo 5+1 (los miembros permanentes del Consejo de Seguridad más Alemania)
Entretanto, la Liga Árabe condenó con firmeza el atentado. Es un «intento de socavar los esfuerzos del Gobierno iraquí en su guerra contra el grupo Estado Islámico (EI)», declaró el secretario general de la organización, Nabil al Arabi, en un comunicado.
Al Arabi acusó al EI de cometer «crímenes y violaciones» contra el pueblo iraquí y enfatizó la necesidad de dar apoyo al Gobierno iraquí para ayudarlo a eliminar «este fenómeno peligroso y erradicarlo de raíz».