Un informe del Consejo Profesional de Arquitectura y Urbanismo (CPAU) alertó este miércoles sobre “un aumento abrupto del volumen edificable” en la Ciudad de Buenos Aires tras la sanción del Código Urbanístico, que regula las construcciones en el distrito porteño desde 2018.
El estudio relevó las capacidades constructivas por volumen del actual Código Urbanístico y las previstas en la anterior normativa, denominada Código de Planeamiento Urbano, en relación a las zonas de baja densidad, es decir, aquellas en las que prevalecen las casas bajas.
“Lo que surge es una explicación a la problemática que se presenta en los barrios menos densos de la ciudad, en particular por el salto significativo en la capacidad constructiva por volumen y en la ocupación permitida de manzana”, señaló el arquitecto Andrés Borthagaray, presidente de la Comisión de Urbanismo y Medio Ambiente del CPAU.
La proliferación de edificios en los últimos años generó preocupación de los residentes de distintos barrios porteños al considerar que afecta la identidad de zonas caracterizadas por edificaciones de baja altura que no superan los dos pisos y con presencia de espacios verdes.
En coincidencia, vecinos y vecinas de barrios como Villa Ortúzar, Villa Devoto, Palermo, Chacarita y Villa del Parque pidieron ante la Legislatura porteña el cambio de las normas urbanísticas contempladas en el Código del 2018, con el propósito de frenar nuevas construcciones.
En ese marco, el informe difundido por el CPAU, elaborado por la arquitecta Magdalena Eggers, especialista en normativa urbana, reporta las consecuencias del Código en las zonas de densidad baja.
Entre los principales problemas consigna la reducción del 41% al 11% de la cantidad de superficie libre de construcciones que se exige en el diseño urbano para cada una de las manzanas de la Ciudad.
También menciona que, anteriormente, existía en las zonas residenciales la obligación de contar con jardines al frente de las casas, algo que fue suprimido y reemplazado por la posibilidad de construir directamente sobre la línea oficial.
”Queda claro que las alturas y, principalmente el corrimiento de la línea interna de edificación impactan en los pulmones de manzana, espacios valiosos para el ambiente ya que proveen suelo absorbente, ventilación y asoleamiento”, agrega.
“Se puede observar que hay aumento abrupto del volumen edificable en el pasaje del Código de Planeamiento Urbano al Código Urbanístico en barrios de baja densidad”, analizó Borthagaray.
En particular, explicó que “en dos de las tipologías residenciales, los vecinos ven cómo cambia el carácter de los barrios, hasta dónde llegan las construcciones en el interior de la manzana, las sombras que proyectan y las alteraciones que producen”.