Se trata de contenido multimedia sintético generado por Inteligencia Artificial (IA) que se encuentra disponible a través de aplicaciones como FaceApp o Deep Face Lab, entre otras.
La tecnología deepfake, según se explicó, puede producir un video o audio falso de una persona, que se percibe como verdadero, expresando algo que en realidad nunca dijo.
Estas falsificaciones generan, sistemáticamente, amenazas de fraudes en línea, cuyas víctimas suelen ser las corporaciones empresariales.
En el marco de la presentación del libro «Ciberfraudes: Criptoactivos y Blockchain» que forma parte de una colección de materiales sobre el tema a cargo de la fiscal Daniela Dupuy, directora de Ocedic, se profundizó acerca de esta modalidad que impacta a nivel internacional, debido a la transnacionalidad de la comisión de estas conductas delictivas, cuyos autores pueden operar desde cualquier parte del mundo.
«Los resultados de un estudio reciente mostraron que la amenaza más significativa de la IA ofensiva es su capacidad para mejorar algunos de los ataques de ingeniería social, como por ejemplo utilizar deepfakes para clonar la voz de directores ejecutivos o la imagen de ciudadanos respetables», explicó Dupuy.