Según Estados Unidos, Rusia trabaja con ciertos activos en América Latina para esparcir su visión sobre el conflicto bélico con Ucrania. “Hay actores conocidos en la región y los medios de prensa son medios de prensa establecidos, con el objetivo de lavar la imagen pro-rusa, los ‘temas de conversación del Kremlin’ y empujarlos a través de una red preexistente de periodistas independientes y personas influyentes”, explicaron desde el Departamento de Estado de EE.UU. a Clarín.
Según Rusia, esto no es así. “Son los países del Occidente y sus empresas trasnacionales quienes poseen o controlan los principales medios de comunicación del mundo. Éstos nunca apreciaban mucho a Rusia pero después del inicio de la Operación Militar Especial comenzaron una campaña coordinada para desacreditar todo lo ruso con el objetivo final de cancelar no sólo la cultura de nuestro país sino también a la propia Rusia”, respondió la embajada ante la consulta de este medio.
Detrás de las acusaciones cruzadas hay un complejo panorama, en el cual América Latina aparece como un escenario de guerra de gran atractivo para ambas facciones.
Qué denunció Estados Unidos
Según denuncia EE.UU., Rusia gestiona “una extensa red de sitios web y agentes en toda América Latina”, que escribe artículos en Rusia, los traduce al español y al portugués y luego envía el contenido a su personal en América Latina para que sea “localizado”.
“Hay una agencia que es una empresa de relaciones públicas con sede en Moscú y ellos trabajan codo con codo con otras organizaciones que, con la ayuda de los actores del Kremlin, desarrollan una historia y una narrativa sobre los temas sobre los que quieren influir”, explicó el Departamento de Estado.
Según advirtieron en el escrito publicado en noviembre del año pasado, Rusia impulsaría diversas narrativas que la dejan bien posicionada en el conflicto bélico con Ucrania. “Una muy prominente y frecuentemente revisitada es que la guerra en Ucrania se trata sobre preservar la soberanía rusa y la libertad, representándose a sí mismos como las víctimas en ese conflicto armado”, explicó el Departamento de Estado.
“Están tratando de reformular el conflicto en términos de que ellos sean las víctimas, entonces no tienen más remedio que ir a Ucrania y lo que esperan hacer es influir en la opinión pública a escala mundial para que no estén tan aislados”, agregó el Departamento de Estado, en una conversación por Zoom con Clarín.
“La segunda narrativa que vemos, más frecuentemente mencionada, es esta idea realmente perversa de que Rusia es un campeón en la oposición a lo que ellos consideran neocolonialismo y que hay una ironía en esa postura cuando nos fijamos en sus actividades en todo el continente africano”, agregaron.
Consultados sobre en qué medios detectan esta campaña, listaron los siguientes
Hace unas tres semanas, además, el gobierno de Estados Unidos sancionó a dos ciudadanos rusos y a sus compañías por “llevar a cabo durante años campañas rusas de desinformación en América Latina”. La sanción vino del Departamento del Tesoro, que apuntó contra Ilya Andreevich Gambashidze, fundador de la empresa Social Design Agency (SDA), con sede en Moscú, y a Nikolai Aleksandrovich Tupikin, director general de la empresa rusa Structura.
El comunicado del Tesoro norteamericano explicó que los artículos periodísticos se publicaban en una red de más de 60 sitios web diseñados para imitar y hacerse pasar por organizaciones de noticias más legítimas.
En el comunicado de noviembre del año pasado, EE.UU. apuntó contra un periodista.
Oleg Yasinski, el periodista apuntado por EE.UU.
Según denunció Estados Unidos, Oleg Yasinski sería uno de los periodistas que lleva adelante parte de estas campañas de desinformación. “Tienen un efecto cascada que se inicia en la parte superior y se empuja hacia periodistas muy buenos en la publicación, la escritura, el desarrollo de historias. Luego se entrega a editores sobre el terreno para personalizar, traducir y poner en los medios de comunicación locales. El Kremlin ha hecho un muy buen trabajo de incrustarse en los mercados locales de América Latina”, explicó EE.UU.
Clarín contactó a Yasinski. “Si los estadounidenses tienen enormes organizaciones, ONGs, medios gigantescos internacionales para su propaganda e influencia, Rusia también debería tener derecho para una réplica, ¿no?”, ironizó.
“Hablando en serio, Rusia no tiene redes de propaganda en América Latina. Es ridículo lo que dicen. Hay muchos medios independientes latinoamericanos que publican la información desde acá. Hay gente que quiere entender mejor qué pasa en Rusia y no por eso son agentes de Putin”, aseguró el periodista.
Yasinski escribe en Russia Today, uno de los medios de comunicación operados por Rusia, y en otros sitios como los apuntados por el Departamento de Estado en el comunicado: Presenza. Pero, según contó, también colabora en medios más chicos.
“Hay mucha desconfianza sobre las verdades oficiales de Occidente, sobre todo en los países latinoamericanos. Mandé mis artículos a varios medios amigos en América Latina y, cuando tuve algo de tiempo, traducía y les enviaba lo que me parecía más interesante”, comentó en relación a su dinámica de trabajo.
“Tengo unas columnas en ruso y en español en diferentes medios. Muchas cosas hago totalmente gratis para los medios alternativos de mis amigos, que lo hacen gratis también: esto no funciona por plata y el problema es que el departamento de estado no entiende esta lógica”, desmintió Yasinski.
Los dos principales medios señalados por Estados Unidos respondieron las acusaciones. El Ciudadano, de Chile, fue categórico: “Desmentimos vínculo financiero con el gobierno ruso o ser un instrumento de su propaganda, como falsamente se nos acusa”. Pressenza, agencia de noticias con base en Milán, Italia, habló de “provocaciones del Departamento de Estado estadounidense” y advirtieron sobre una posible afectación a la libertad de prensa.
Desinformación en América Latina: un panorama
Las campañas de desinformación en América Latina tienen ciertas particularidades, donde es normal ver operaciones de fake news.
“Latinoamérica se presenta como una región un tanto particular, incluso en temas geopolíticos. Recordemos que se tratan de países jóvenes con democracias en algunos casos frágiles, que usualmente se posicionan como total o parcialmente neutrales en conflictos internacionales. Estas características hacen que el continente sea un caldo de cultivo para la circulación de campañas de desinformación, tanto referidas a temáticas sociales, políticas o económicas locales como internacionales”, analizó Martina López, Investigadora de Seguridad Informática de ESET Latinoamérica.
Según la especialista, es normal que haya campañas “por lo bajo”: “Este descubrimiento, cabe aclarar, solo fue posible por la publicación de documentación que lo probara. Una parte importante de las campañas organizadas de desinformación es el factor orgánico, que las hacen prácticamente imperceptibles. Teniendo en cuenta los procesos electorales que atraviesa la región, más el estado político en Europa, existe la posibilidad de que haya campañas actualmente en funcionamiento, pasando desapercibidas”.
En cuanto a la influencia de Rusia en América Latina, es relativa, según Olivia Sohr, Directora de Impacto y Nuevas Iniciativas de Chequeado.
“En Argentina los análisis que nosotros hemos hecho, por ejemplo sobre la desinformación que circuló durante el primer año de la Guerra en Ucrania, lo que encontramos es que había falsos contenidos que estaban alineados con la narrativa rusa -aunque no podemos saber en cada caso de dónde venían-, pero también hubo desinformación en contra”, asegura. Esto es congruente con la denuncia de Estados Unidos.
“Y aunque el número de falsos contenidos a favor y en contra fue similar, las desinformaciones que favorecían o apoyaban a Ucrania tenían mucho más llegada e interacciones en redes sociales. Por eso, más allá de quiénes producen la desinformación, también es muy importante ver si esos contenidos generan interés, qué emociones producen y por qué logran ser exitosas y difundirse”, cierra.
Respecto de si hay grupos de desinformación patrocinados por estados (APT, como se dice en la jerga, como el caso de Storm-0558 asociado a China) ni Chequeado, ni ESET ni el propio Departamento de Estado han detectado presencia.
“No hemos visto algo con el nivel de sofisticación del grupo [asociado a Rusia] Cozy Bear. Lo que hemos visto son indicios de que hay una intención de utilizar herramientas más accesibles al público como ChatGPT para meterse en la sección de comentarios de este material y amplificarlo, todo para profundizar la percepción de que esto es auténtico”, dijo el vocero del Departamento de Estado
Para EE.UU., la situación va a empeorar. “Hay una dimensión tecnológica a esto que anticipamos que sólo va a ser más y más pronunciada con el tiempo”, aseguraron.
Rusia niega las acusaciones. “Se utilizan técnicas sofisticadas basadas en manipulación con los hechos, información y clichés”, dijo la Embajada de Rusia en Buenos Aires.
Las acusaciones entre ambas potencias siguen a la orden del día, como si la Guerra Fría nunca hubiese terminado.