La doctora Laura Martorell, neonatóloga del servicio de pediatría del Hospital Quirónsalud de Valencia, explica a EFE que, en estos casos, las primeras horas de vida son “cruciales” porque los órganos y sistemas inmaduros de los bebés prematuros implican tener “afectaciones respiratorias crónicas, daños neurológicos, problemas digestivos y mayor riesgo de infecciones” y las medidas son imprescindibles.
Por ello, los sanitarios buscan que los recién nacidos estén lo más cómodos y estables posible: “Se controla su respiración, frecuencia cardíaca, tensión arterial… Además, la incubadora intenta aproximar su ambiente a las condiciones en las que deberían estar en el útero materno”, relata Martorell.
Dada la importancia de los primeros cuidados a bebés prematuros, la enfermera de la UCI Neonatal del Hospital Quirónsalud Valencia, Belén López, explica que es importante que los padres participen en la higiene, la alimentación y los cuidados diarios, y para ello existen espacios como las llamadas UCI abiertas, accesibles para los progenitores y en las que estos se sienten importantes para contribuir a aplicar las medidas necesarias.
La enfermera Belén López señala que el contacto piel con piel permite estabilizar fisiológicamente al prematuro, aumentar la lactancia y reducir las estancias en el hospital, y añade que esta práctica se puede realizar con seguridad “incluso con soporte ventilatorio” y sin límite de tiempo “a menos que los bebés prematuros estén fisiológicamente inestables en el pecho de su madre”, por lo que propone sesiones de dos o más horas.
En la UCI en la que trabaja Belén López consideran a la familia como parte de la Unidad, y a la madre en concreto le dicen que “el trabajo más importante de todos es el suyo, porque proporciona la medicina para su bebé” mediante la extracción de leche materna.
Bebés prematuros: La importancia de la leche materna
La consultora certificada en lactancia materna Paloma de Miguel resalta que para el bebé prematuro la leche materna -con más grasa, sodio, hierro o triglicéridos- disminuye el riesgo y severidad de infecciones a corto y largo plazo y dolencias atópicas cuando hay antecedentes familiares, así como protege de la enfermedad pulmonar crónica y de la retinopatía del prematuro.
De Miguel invita a que se impulsen técnicas de alimentación que ayuden a implantar la lactancia en el recién nacido “para que al alta esta sea exclusiva”.
Para ello, hay que evitar los biberones, en los que los movimientos de lengua y la succión son diferentes a los del pecho, ya que además, según la consultora, “el amamantamiento temprano es menos estresante fisiológicamente que una alimentación temprana con biberón”.
En este sentido, ejemplifica que se pueden usar técnicas como la del dedo sonda: “La lengua acanala en el dedo, preferiblemente uno grande. Si el prematuro es muy pequeño, utilizamos un dedo más pequeño, pero conforme va madurando intentamos usar otro”.
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