Actualmente el cauce fluvial supera por poco los 3 metros, muy lejos de los 7 metros de la fase de evacuación.
Los niveles históricos de 1983 llegaron casi a los 9 metros. Hasta febrero se esperan alturas considerables en el cauce fluvial.
En lo que va del año el río Paraná mostró picos de creciente en su cauce que alertaron a las poblaciones ribereñas capitalinas cuya producción y subsistencia depende mayoritariamente del cauce fluvial, pero que hasta el momento se mantuvo lejos de los niveles históricos registrados en la Capital correntina. El máximo de crecida hasta ahora llegó a los 6,30 metros, el 22 de julio, y luego fue registrando bajantes.
En el marco de la proximidad del fenómeno climatológico “El Niño”, existen algunas diferencias en cuanto a los datos oficiales y pronósticos, ya que mientras algunos relevamientos ubican al fenómeno que viene como uno de los más importantes de los 50 años, en otros casos manifestaron que será de menor impacto en comparación con los registrados en los períodos 1982/1983 y 1997/1998.
Hasta el momento las poblaciones ribereñas de Corrientes se mantienen en alerta por los inconvenientes que puedan registrarse entre octubre de este año y febrero de 2016 no sólo por el incremento del Paraná sino también por las copiosas precipitaciones que se esperan para el último trimestre del año.
A lo largo del 2015 el río Paraná fue registrando considerables incrementos en su caudal lo cual ocasionó inconvenientes en las familias que viven en las costas, y que su principal actividad tiene que ver con la pesca y la ladrillería.
Si bien hasta el momento el Paraná se mantiene muy lejos de los registros históricos, los percances se hicieron notar: el pico máximo del río en lo que va del año fue el 22 de julio cuando el hidrómetro del puerto local llegó a los 6,30 metros, según mediciones oficiales de la Prefectura Naval Argentina.
“Cuando el Paraná supera los 2.50 metros se nos comienza a complicar para conseguir la materia prima y poder producir. De esa forma este año, si bien no hubo grandes crecidas, a nosotros nos afecta no poder sacar tierras para poder producir y mantener a nuestras familias”. Es el testimonio de Juan, un ladrillero de la zona capitalina de Molina Punta. Los problemas de las poblaciones ribereñas fueron comunes a lo largo del año, a pesar de los registros, y por ello actualmente deben recibir ayuda estatal para continuar produciendo y tratar de mantener a sus familias.
Otro de los inconvenientes que se observa es el incremento de las familias ribereñas en los últimos años y que hace que se registren más complicaciones cuando apenas sube el nivel del Paraná. “A pesar de que los niveles no sean los históricos, cada vez hay más familias que se asientan y viven en la costa capitalina del Paraná sin prever los peligros. Por ello, cada vez que sube el río a niveles considerables es mayor el peligro que se corre con el correr de los años”, explicó a El Litoral el jefe de operaciones de la Dirección de Defensa Civil de la Provincia, Orlando Bertoni.
Registros históricos
En las últimas décadas el río Paraná registró incrementos históricos que dejaron su marca en la ciudad y en la memoria de los capitalinos. En el período 1982/1983 el cauce fluvial rozó los 9 metros y el agua llegó hasta la calle Plácido Martínez y las inmediaciones del Parque Mitre, lo cual grafica la magnitud del desbordante avance del río.
En el período de 1997/1998 se registró otra de las marcas históricas ya que no sólo el Paraná llegó a los 8,50 metros en la Capital, sino que el fenómeno “El Niño” trajo considerables precipitaciones de más de medio millón de m3, cuando el promedio es de casi 35 mil m3, según los datos brindados por la Municipalidad capitalina. En dicha oportunidad Corrientes entró en la etapa de evacuación el 15 de noviembre y el saldo de evacuados en toda la provincia ascendió a miles durante la temporada.
En el pasado inmediato las crecientes del río Paraná fueron considerables pero no superaron los niveles históricos. Por ejemplo en 2013 el pico de crecida anual en las costas capitalinas llegó hasta los 7,20 metros lo cual obligó a varias decenas de familias costeras a evacuarse por varias semanas.
Escenarios futuros
Pronosticadores del Servicio Meteorológico Nacional (SMN) vaticinaron con anterioridad que entre octubre de este año y febrero de 2016 se esperaba que el fenómeno “El Niño” impactara en Corrientes con una fuerza tal que sería una de las más fuertes de los últimos 50 años, entrando en los niveles de 1965, 1983 y 1998. Por ello recomendaban tomar todas las precauciones necesarias para evitar grandes problemas en las poblaciones ribereñas y en el sector productivo.
Por otro lado, los estudios preliminares dados a conocer por la Municipalidad capitalina fueron un poco más benévolos. Según los datos oficiales obtenidos por la Comuna capitalina a través del Centro de Investigaciones de Recursos Naturales del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta), “el río alcanzará su pico de crecida recién en febrero del año 2016 con una altura máxima que oscilará entre 6,50 (etapa de alerta) y 6,90 metros”.
De esa forma los registros en esta Capital rozarían los niveles de evacuación de 7 metros y superarían ampliamente el nivel de alerta.