Gualeguaychú deja de elegir a la reina del carnaval

Agustina Díaz, Reina del carnaval del País 2016./ Diario El Argentino

Gualeguaychú le puso fin a la histórica elección de la Reina del Turismo y desde este verano se designarán “representantes culturales”. La decisión apunta a contribuir a la lucha contra la violencia de género, explicaron desde la Intendencia.

Ahora “se realizará un reconocimiento a dos ciudadanos o ciudadanas de Gualeguaychú que se destaquen por su trayectoria, por su sensibilidad social, por su cultura general y por el conocimiento de la ciudad”.

La Municipalidad indicó que tampoco se elegirá a la reina en los corsos populares. A partir de 2017, en su lugar se entregará el Premio Roni, que “premiará la alegría y la cultura carnavalera”. Además, aclararon que “este premio no es excluyente para mujeres”.

La decisión oficial responde a hacer un llamado de atención sobre “el agudo conflicto de la violencia contra la mujer, simbólica y física”. En consecuencia, ese marco social “obliga a revisar nuestras prácticas”, argumentaron.

Algunos lugares que ya han decidido no elegir más reinas son, entre otros, Villa La Angostura, Chivilcoy, Villa Gesell y Junín. En Corrientes, la mayoría de las fiestas populares continúa con esa práctica, promovidas desde el Estado.

“En este tipo de concursos de elecciones de la reinas, se alimenta una imagen de la mujer como objeto, cosificada por la mirada social. Además, se imparten criterios de belleza ligados a la cultura occidental en detrimento de otras culturas y se pondera como deseable la delgadez y la eterna juventud. Se margina con estos sentidos las luchas por el respeto y por la igualdad de la mujer”, señala la Municipalidad de Gualeguaychú, sede de una de las fiestas de carnaval más importantes del país.

“Presentar al cuerpo de la mujer como principal atracción en concursos de belleza, elecciones de reinas y princesas resulta una práctica extendida y naturalizada como estrategia de promoción turística que, además, colisiona con la letra de la Ley 26485 de protección integral a las mujeres, que define a la violencia simbólica como ‘la que a través de patrones estereotipados, mensajes, valores, iconos o signos transmita y reproduzca dominación, desigualdad y discriminación en las relaciones sociales, naturalizando la subordinación de la mujer en la sociedad’”, agrega.

Así, la Municipalidad de Gualeguaychú hizo un llamado a “transformar los significados sociales negativos que cosifican a la mujer en tanto objeto de consumo, y así también en función de la legislación vigente en materia de género, el Estado debe ser el primero en plantear la redefinición de estas tradiciones”.

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