Un estudio realizado por la University of Birmingham y la University Hospitals Birmingham NHS Foundation Trust, publicado en la revista The Lancet Digital Health en 2019, afirma que la inteligencia artificial «tiene la capacidad de detectar patologías con la misma precisión que los médicos». Específicamente, la IA diagnosticó la enfermedad en el 87% de los casos, mientras que los médicos sólo alcanzaron el 86%.
El proceso que utilizó la inteligencia artificial para llegar a este porcentaje fue el siguiente: primero analiza los datos, grandes cantidades de datos médicos, como imágenes médicas, historiales médicos y resultados de pruebas clínicas, y luego busca y registra patrones y anomalías para aprender.
Un claro ejemplo de la ayuda que puede significar la inteligencia artificial en la medicina se puede ver con los asistentes virtuales. Este sistema, que también lo utilizan gran parte de las empresas que cuentan con páginas web, ofrece asesoramiento virtual que se adecúa a las necesidades del usuario.
A través de los chatbots, similar al de Boti que utiliza el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires para los trámites en la jurisdicción, se pueden resolver las preguntas de los clientes con respuestas automatizadas, como también la posibilidad de obtener un turno médico o solicitar un análisis.
Aplicaciones para la salud que usan IA
La inteligencia artificial se usa directamente para los análisis médicos y las imágenes. Su principal aporte en esto es la velocidad con la que puede procesar grandes cantidades de datos. Para casos de emergencia donde se necesitan los resultados al instante, la IA permite que los médicos puedan analizar diferentes pruebas médicas como resonancias y estudios genéticos.
A su vez, la IA impulsada por redes neuronales artificiales puede ser tan eficaz como los radiólogos humanos para detectar signos de cáncer de mama y otras afecciones
Otra aplicación de la inteligencia artificial en la medicina son los diagnósticos médicos. Esta herramienta permite analizar los datos para realizar diagnósticos certeros y con mayor rapidez. Esto es fundamental para poder detectar algunas patologías degenerativas o ciertos tipos de cáncer a tiempo, lo que aumenta considerablemente la posibilidad de recuperarse.
Algo similar ocurre con los tratamientos farmacológicos. En este campo, la inteligencia artificial se encarga de analizar las secuencias genéticas para hallar las vacunas o soluciones adecuadas para diferentes tecnologías.
En cambio, para la genética existen algunas aplicaciones que a través de un sistema de reconocimiento facial permite detectar enfermedades raras y trastornos genéticos a través de una simple fotografía. Aunque todavía no está sumamente desarrollada en esta área, lo cierto es que esta tecnología ya puede procesar una base de datos de hasta 8000 enfermedades diferentes.