El episodio ocurrió en la comisaría 1-D de la fuerza porteña, en Lavalle 451, entre Reconquista y San Martín.
A lo largo de la cuadra hubo gran revuelo de clientes de comercios y transeúntes, que fueron evacuados del lugar. Además, se desplegó un operativo que incluyó patrulleros y decenas de efectivos, algunos con escudos.
«Hay 40 cacos amotinados acá», fue el grito con el que una integrante policial ingresó a un comercio gastronómico ordenando la evacuación.
Desde la Policía de la Ciudad, explicaron que el incidente se inició por un detenido que se encontraba en el sector de esparcimiento. Al momento de regresar al calabozo, sacó una faca y se negó a entrar a la celda, por lo que quedó en un pasillo interno.
El resto de los 25 detenidos se plegaron a la resistencia e intentaron prender fuego el lugar.
Personal de la División Unidad Táctica de Intervención de Alcaldías (DUTIA) negoció con ellos para que depusieran su actitud y finalmente logró reducir a la totalidad de los internos.
Intervino la Unidad de Flagrancia Este a cargo del Dr. Peliconi quien ordenó que se labren actas por “resistencia a la autoridad y daños”.
No hubo heridos, ni entre el personal policial ni entre los reclusos. Las autoridades realizaron requisas para sacar «materiales peligrosos»
«Superpoblación»: qué dijo el Gobierno porteño sobre el «pequeño motín»
Según fuentes oficiales, la comisaría 1-D tiene capacidad para alojar a 10 detenidos y al momento del incidente había un total de 39. Los 25 involucrados este jueves, informaron las fuerzas de seguridad, serán reubicados en diferentes alcaldías porteñas.
El mismo reporte indica que actualmente son 2.005 los presos en comisarías o alcaldías porteñas, con un promedio de detenciones diarias de 82.
Horas después, en declaraciones a Radio La Red, el ministro de Seguridad de la Ciudad, Waldo Wolff, explicó que «hubo un pequeño motín que viene por una superpoblación de presos que no deberíamos tener».
«Es un hecho que nos excede porque cuando la justicia manda un preso, nosotros tenemos que retenerlo», añadió el funcionario porteño.
Al volver sobre el incidente, Wolff afirmó que la situación «está controlada», aunque hay deslizó: «Hay hechos que no puedo revelar porque son producto de una negociación».
Luego, sobre el accionar contra el delito en la Ciudad, el ministro porteño manifestó: «Nuestra virtud hoy termina siendo un problema. Estamos deteniendo a más de 80 personas por día, el 50% con antecedentes penales y el 50% ya está libre».
Y luego detalló: «Los dos delitos que aquejan a la Ciudad de Buenos Aires son arrebatos y vandalismo, y son delitos que se acrecientan debido a la situación social. Nuestra policía está conducida con la premisa de actuar de manera mucho más enérgica».
Antecedentes de violencia en comisarías en la Ciudad
Las comisarías de la Ciudad y del Conurbano, con calabozos superpoblados, fueron escenario de episodios de revueltas, tomas y motines en los últimos meses.
A pocas cuadras de donde tuvo lugar el último episodio, en marzo de 2022 presos rompieron los candados y se amotinaron en la comisaría 3a, en Lavalle al 1900.
En agosto, en Villa Urquiza, 34 internos provocaron disturbios, violentaron una reja y quemaron colchones en un patio de la alcaldía. Fueron controlados tras un operativo cerrojo y no se registraron heridos.
Dos meses más tarde, un grupo de presos tomó una comisaría de Constitución, luego de que una mujer terminara detenida por intentar ingresar marihuana en un tubo de pasta de dientes.
Otro antecedente cercano es fechado en julio pasado, cuando una veintena de presos alojados en una comisaría de Ituzaingó intentaron fugarse tras simular una pelea entre internos para que ingresen los guardias de seguridad. Como no prosperó, tomaron a dos policías de rehenes durante unas cinco horas.